martes, 19 de octubre de 2010

3



PARTE MÉDICO:

Dice el doctor
Que podría quedar ciego

Que hay un monstruo
Que podría instalarse en mi cerebro

Y tendríamos que sacarlo de allí
A punta de patadas.

Yo pienso en cosas vanas
A saber
Quien vendrá a leerme
Versos tristes.

Quien va arrullar al
Monstruo

Con canciones
Antiguas
Cantadas al borde

De mi cama

felipe granados


…»



(Ricky Adams)

***

felipe granados

ÚLTIMO DÍA

La voz temblorosa me pregunta qué clase de animal me gustaría haber
sido, yo digo que un conejo de peluche al que se le cayó un ojo de
botón de tanto afecto que le dio su dueño, a saber, un niño de 6 años,
como Juan.

El silencio que sigue dice mucho. Del otro lado del teléfono alguien
que me quiere bien, elige las palabras… no puede… no hay manera de
decir esto de una forma bonita.

Voy a morir.

Mi último día debería empezar temprano, muy temprano, tratar de ser
metódico, práctico, cosas que nunca fui en mi vida. OK, un intento. El
último.

7:30 a.m. Escribir que no quiero ningún ritual que pase por las manos
de ninguno de los dioses conocidos. Quiero que sepan que me sentí
tranquilo la noche en que maté a dios, dormí como un bebé, sin miedo
ni del infierno ni de ese otro gran abismo al que todos llaman cielo.
Que para mí la literatura, o más bien, los libros y escribir,
cumplieron con todo lo que a otros daba dios: consuelo, esperanza,
castigo y una forma —no mejor ni peor— de tratar de explicarme qué
mierda era la vida.

8:00 a.m. Arreglo que me quemen, tres partes iguales de mí llegarán
cada una a un lugar diferente: el volcán Irazú, el lugar donde estuvo
mi primera casa en el mundo y el Puerto. En esos tres lugares fui
feliz.

8:20 a.m. Una taza de café y varios cigarrillos, me juré que a las
once de hoy dejaría de fumar; yo cumplo, trataré de no pensar en otro
tiempo, en otras tazas de café y cigarrillos, ya lo dijo De Cuenca: la
nostalgia es un burdo pasatiempo.

8:30 am. Lloro, lloro, pero sigo haciendo cosas, mientras tomo una
ducha, mientras me afeito, mientras entro por última vez en ese
milagro del calzoncillo limpio, lloro y me miraré al espejo para ver
qué se siente ver a la cara a un hombre muerto que llora.

9 a.m. Me limpio la cara, salgo de mi casa a desayunar con mis hijos,
Juan y Lucy, los beso despacio y me voy.

10:00 a.m. Tomarse las pastillas, no olvidar las pastillas, aunque ya
no sirvan para nada, continuar el ritual de las pastillas, sentir el
gusto idiota de hacer algo sabiendo que no sirve para nada...

(Laure Nutter)


...10:20 a.m. Llegar a San José. Caminar por el pasillo de las flores del
Mercado Central y no pensar en otra cosa que las flores.

10:40 a.m. Sentarme a conversar con un extraño sobre nada, de lo que
él quiera: fútbol, política, Latin American Idol, no caer en la
tentación de juzgarlo, no sentirme mejor que el otro, no sentirme.

10:45 a.m. Buscar mi marisquería favorita y pedir un ceviche, una sopa
y camarones.

11:30 a.m. Llamar a mi mama por teléfono, decir gracias.

11:45 a.m. Dejar de fumar, yo cumplo, tarde, pero cumplo. Volver a mi casa...


(John Casey)


...12 en punto. Buscar el noticiero de radio que justo a las doce pasa el
“Avemaría” de Perry Como y recordarme cuando era niño y me ponía el
uniforme de la escuela.

12:15 p.m. Terminar algo de lo que he estado escribiendo.

1:00 pm. Llorar otro poquito y ver La Mansión Forrester para amigos
imaginarios y reírme de Blu, reírme mucho, si es posible con Juan y
Lucía en mi cama.

2:00 p.m. Poner mis canciones favoritas.

2:30 p.m. Leer El principito, el último monólogo de Novecento y los
capítulos finales de El dios de las pequeñas cosas.

6:00 p.m. Llamar a un amigo, decir gracias.

6:30 p.m. Preparar una cena decente para mí, y ponerme ropa bonita y
tratarme como al mejor.

7:00 p.m. No hacer las paces con mis enemigos, no perdonar los
crímenes contra mí, no sobornar al perro más grande de las culpas con
ninguno de estos actos.

7:30 p.m. Cenar, comer un helado, recaer con un cigarrillo y no sentirme mal....

(Jill Freedman)

...8:40 p.m. Llamar a ese numero que recuerdo tan bien y que no volví a
marcar desde hace mucho, escuchar la voz en la contestadora y no decir
lo que tengo que decir, después del tono.

9:00 p.m. Poner Nina Simone, mucho Nina Simone.

9:00 p.m. Pensar en aquel astronauta falso que vi una vez, pensar en
lo que dijo: “Para ser alguien que nunca estuvo preparado para vivir
en este mundo, creo que lo voy a extrañar”.

10:00 p.m. Quitar de la refri la foto donde estoy junto a mis hijos.

10:05 p.m. Llorar hasta dormirme.

11:00 p.m. Dormirme.

12 en punto. Soñar con conejos de peluche, tuertos, pero felices.


(Los Catatonicos)

***

Valderrama

MUTANTES

C: ¿Qué queda de él?
L: Nada

Carta X

algunas veces intercambio postales
con un viejo amigo
me paseo por las mismas calles
compro la comida de siempre
y entro a descansar en los mismos lugares
hojeo revistas
descubro que en ninguna está tu foto
(de ti
sólo el cuerpo enfermo
y delirante de aquellos
que han visto cómo
se incendia la jaula de los tigres)

*
genotipo

a los cinco años
dormías sobre las piernas de tu madre
a los veinte dejaste la casa
tuviste esposa e hijos
a los treinta y tres
te decidiste por kurt wagner

(Ricky Adams)

***

felipe granados

KIND OF BLUES

Miles Davis

Estas palabras se escriben sin afecto. Deberían ser más fuertes pero
también más tristes. Estas palabras están llenas de erratas, se rompen
por el lado más largo de la página. No sirven para adormecer a ningún
niño, no sirven para hacer caer algún amante joven.
Estas palabras van huérfanas de dios porque fueron escritas para nadie.

Pero las digo con los puños y los dientes apretados.


(Laure Nutter)

***

Valderrama (En la voz de Zuzzana Iglesias)

para Jinx.

Si no creyera en el silencio todo estaría perdido. Tumbas en el
bosque, noche de bourbon. Acostada sobre una lápida veo el cielo negro
con puntitos plateados que forman constelaciones. No tengo poderes
sobrenaturales. Algo en mi se ha transformado desde que tomé aquél
tren. Mi maleta era roja, resaltaba entre la seriedad de maletas
marrones. Si no creyera en el silencio no creería en aquél conejo con
cuernos de reno que vi una noche hurgando en la basura. Sueños que
ayer sólo fueron humo, miedos que emergieron desde el olvido. No
tengo poderes sobrenaturales, tengo una mano con cinco dedos, dos
están rotos por golpear rostros y otro más por aquél accidente.
Recuerdo esa noche, estaba jugando pac-man en la computadora; a punto
de ser campeona tiré mi corona a la basura. Subí al auto, seguí mi
corazón, tomé la carretera México-Acapulco. No recuerdo mucho,
recuerdo haber estado en un seven-eleven. Recuerdo haber tomado un six
de agua quina, una botella de vodka barato, al salir recuerdo haber
visto un conejo con cuernos de reno hurgando en la basura. Recuerdo
que se asustó al verme, se quedó quieto, acaricié su cabeza, compré
galletas para alimentarlo; me siguió, subió al auto conmigo. Parecían
gustarle las canciones, parecía gustarle la velocidad, la noche
colándose por la ventana y un hueco del valiant descapotable. Después
todo es confuso. Giros, el golpeteo de mi cara en el parabrisas, el
dolor en el dedo, las piernas. La sensación de asfixia, obscuridad,
calor. Gasolina. Después nada. Olor a sal, brisa marina. El enorme
auto descapotable hecho añicos cerca de la playa. Mi cara con un
diminuto vidrio del parabrisas incrustado cerca de la nariz, otro en
la ceja izquierda, una carta en la bolsa trasera del pantalón “Si no
creyera en el silencio, todo estaría perdido”

(John Casey)

***

felipe granados

I'M STILL IN LOVE

Cansado de lidiar
Con todos esos rostros
Que no sos

Regreso a casa

Pongo música triste
(Nina, siempre, Nina)
me gasto unos papeles
para escribirte todo,

me fumo unos cigarros que compre para vos

y vuelvo a ser
el hombre
que detesto.

(Jill Freedman)

***

Valderrama

Museo del desastre nuclear

Sala este, exposición permanente: Superpoderes.
Colección de fotografías en blanco y negro.

1. A la derecha, Max Gallez, trabajador de la planta que el día de la
fusión saltó del tercer piso para morir. A partir de entonces, la
potencia de su capacidad auditiva ha aumentado diez mil veces. Para
describir su estado, uno de los primeros doctores que lo atendió dijo
a un reportero "puede escuchar un lápiz cayendo a varios kilómetros de
distancia, pero no sólo el golpe contra el suelo, sino la fricción
contra el aire". No se ha esclarecido si la causa de la deformación en
el tímpano de Gellez fue la radiación, la caída de su intento de
suicidio o una combinación de ambas. Se estima que los exámenes
necesarios para determinarlo, lo matarían. Debido a su condición,
exponerlo al tráfico sonoro normal lo volvería loco. Vive en
confinamiento en el sótano del hospital. A la izquierda, un doctor le
da mantenimiento al casco aislante de Gellez.

4. Fabienne Salgado mira por la ventana. Cursaba apenas el segundo
grado de la escuela primaria en la época del accidente. No evacuó el
edificio con el resto de sus compañeros y maestros porque se quedó
dormida en la azotea de la escuela, a donde solía escapar sola cuando
se aburría de las clases. Con el paso del tiempo, se dio cuenta de que
podía generar a voluntad pequeñas descargas eléctricas con su cuerpo.
Nueve años después, tras un incidente en el que apagó accidentalmente
el tren subterráneo, funcionarios de la policía estatal se interesaron
en su caso y la retuvieron catorce semanas en sus instalaciones para
hacerle estudios. A su salida, circularon rumores de que no pudieron
convencerla de convertirse en "colaboradora" oficial. Está considerada
como "peligrosa" y "saboteadora potencial" por parte del gobierno y
tiene prohibido alejarse a más de quinientos metros de su domicilio
actual, vigilado las 24 horas.

5. Iván Petric (tercero de derecha a izquierda) en un campeonato de
surfers en California mantiene el control de su tabla y se da el lujo
de encender un cigarro mientras otros cinco atletas son derribados por
una gran ola. Único sobreviviente de la zona Alfa de la nube de
radiación, fue dado por muerto hasta que el conductor de la ambulancia
donde lo trasladaban a una fosa común junto a seis cadáveres se dio
cuenta de que movía apenas perceptiblemente los ojos. No pudo mover
ningún músculo del cuerpo ni respirar normalmente durante seis meses,
aunque estaba consciente y despierto la mayoría del tiempo. Al
recuperarse, dio muestras de un equilibrio inverosímil. Su caso
recibió muchísima difusión y Petric decidió salir del país a
escondidas después de que un grupo importante de gente estableciera un
campamento permanente fuera del hospital para verlo. Firmó un contrato
publicitario con una marca de tablas de surf y viaja por el mundo
participando en competencias, nunca da entrevistas, no tiene
domicilios conocidos, no tiene familiares vivos conocidos.


(Los Catatonicos)

***

felipe granados

LA VIDA DE LAS COSAS DIXIT

No te daré
Una casa grande
Porque no la tengo.
No te daré tu sueño
De princesa dorada
Con perros y lugar
Para las flores
Más raras del reino
Ni siquiera te ofrezco
Ese brillo triste y cansino
De la mirada amorosa de
Tu padre
Ni el brazo tierno de tu abuela,
Ni la lágrima robada al miedo de tu hermano.
No tengo la fe genuina del dios de tu madre
Así que esto tampoco te lo ofrezco.
Te doy eso si, Este miedo obsceno
De la noche
La vital caricia que es mi mano en ti

Y este cuerpo
Que es polvo
Fue polvo
Y será
Nada

(Ricky Adams)

***

VALDERRAMA

RESEÑA

Juguetería en Nagasaki. Wislawa Hideshi, Valderrama, 2010.

Daken es hijo de uno de los criminales de guerra más buscados en el
planeta. No ha visto a su padre desde la infancia, fecha en que fue
internado en una de las clínicas centrales de Nagasaki. A los doce
años fue sometido a múltiples y dolorosas pruebas físicas y
psicológicas con el fin de saber si había heredado las habilidades
paternas. Al cumplir los 25 años escapa del Japón, burlando una severa
red de vigilancia. En Roma, debido a los apuntes que logró leer del
primer médico que lo atendió, comienza a buscar a su familia.
Esta es la historia que aparece en la superficie de Juguetería en Nagasaki.
Entretejidos surgen los destinos de los miles de niños que habitan los
hospitales de un territorio que ha sido marginado de la vida del
Japón. Nadie habla, nadie comercia, nadie convive, nadie se cruza con
un heredero de la "Isla donde nació la bomba". Los nativos de Nagasaki
no tienen derecho a permanecer más de 72 horas en cualquier ciudad
nipona, no pueden adquirir vivienda en otro sitio que no sea su lugar
de origen. Están exiliados en una Isla que contiene otra Isla. Esto,
sin contar el riesgo a desarrollar los síntomas de las enfermedades
causadas por la radiación.

Daken colecciona fotografías de sus compañeros en la clínica, de sus
familias; al reverso anotará alguna anécdota o detalle. Cuando se
encuentra en Roma, Daken adquiere la perspectiva real del horror en
que permaneció durante dos décadas. Se percata de que vivía en el
hospital o en el circo de fenómenos más grande que haya existido. Por
cada diez millones de niños que presenta una malformación (cráneo
gigante, vértebras del tamaño de un ladrillo, la ausencia de un
órgano) existe un individio cuyo ADN fue modificado, pero que dichos
cambios hacen que su cuerpo sea más fuerte, más rápido e invulnerable.
Un escenario donde el gobierno desea ocultar lo evidente con métodos
pueriles: los médicos tenían prohibido pronunciar la palabra cáncer o
mutación genética.

Hideshi logra en esta novela un relato de iniciación (la infancia y
adolescencia de Daken), un testimonial médico (a través de diversas
técnicas del documental cinematográfico) y algo infinitamente difícil:
la creación de varios personajes entrañables que se desenvuelven en
"Una juguetería del tamaño de una isla o de un país. Una jugetería
donde se encuentran los más terribles y los más sorprendentes
individuos que la humanidad ha imaginado."

(Laure Nutter)

***

felipe granados

PUENTES

Yo volé puentes
Yo maté gente
¿Cómo querés que duerma?
¿Vos crees que a mi me importa un carajo la literatura?
A mi la literatura me vale mierda.

La literatura es mi refugio

Yo volé puentes
Como si hiciera
Explotar
Una metáfora

(los catatonicos)

***

Valderrama

Sentado en la cama,

desde mi cuerpo ojiva,

desde las sábanas sucias,

desde mi infancia de humo,


desde miles de rostros

escondidos en la memoria,


con mis ojos hacia el cielo,

desde la mirada de siempre,

desde esta condición de ser humano,


el abismo

es encandilado

por la luz

de las ventanas.


Me veo sentado en la cama,

apegado a una trama sin sentido,

infeliz,

aberrante,

envuelto

en una

bandera de aspecto


invisible


para sentirme

protegido.


Me veo sentado en la cama,

y presiento

que alguien está detrás de mis pensamientos,

que hay alguien conmigo

mientras miro hacia la calle,

una voz metálica

que habla

de águilas

y nidos.

Y aquí


justo aquí

algo me detiene

de seguir escribiendo.


Quizá prefiero

vivir

sin desarrollar esa idea,


quizá sea mi decisión

que nada pase,


que sólo mire,

que sólo contemple las ventanas,

que no siga

dejándome

llevar

por las palabras.


Con la piel erizada,

sin ningún estímulo

más

que el resplandor de

miradas olvidadas,

me detengo,

en espera

de dejar

que alguien

más

emerja

de mi piel.


Sentado en mi cama

mirando hacia el abismo

encandilado por la luz de las ventanas,


espero

a un ser

que surja

de mi cuerpo.


Quizás aparezca

cuando el abismo

se instale adentro de mi pecho.


Cuando las águilas se queden sin plumas

o las ventanas no tengan luz para enfrentar al abismo.


Cuando sea imposible

mirar

hacia otro lado.


(John Casey)

***

felipe granados

ESCUCHO

Escucho
Ruido de caballos
Que huyen de la lluvia

Me iré con ellos.

(Jill Freedman)

***

Valderrama

Llevo horas tratando de salir de la alberca pero fuera del agua hace
demasiado frío. Imagino el debate que millones de seres unicelulares
sostuvieron hace tres mil ochocientos cincuenta millones de años:

–Deberíamos salir y aprender más sobre lo que hay allá afuera.

–¿Para qué salir? Aquí tenemos todo lo que necesitamos.

Imagino a los rebeldes agrupándose y convirtiéndose en seres
pluricelulares, mutando hasta crear un sistema nervioso. Mutando;
inventando el sexo, creciendo aletas, ojos, pulmones. Mutando,
remplazando las aletas por patas, los huevos por placentas, las
escamas por pelaje. Mutando, inventando sistemas socioeconómicos,
gobiernos, palabras que terminan en cracia, 197 canales de televisión
satelital, descuentos en pago oportuno, internet de banda ancha.


Nado hasta la orilla, apoyo las manos sobre los barandales de metal de
la escalera y saco el torso del agua. Una corriente de viento me azota
la piel y vuelvo a sumergirme.

Es cierto, para qué salir. Muerte a los mutantes.


(Los catatonicos)

***

felipe granados

¿Y qué si muero
y cargo mi ataúd
y digo que fui bueno
y me marcho y digo:
buenas noches
y apago la luz?


(Laure Nutter)


felipe granados

PRETTY HATE MACHINE
Nine Inch Nails


a Charles Bukowski

I

Los vecinos
lo observan con cuidado
el ruido de su máquina
les molesta.

Es un vago -dicen-y vuelven a sus vidas
confortables.
Ayer, por ejemplo,
mientras el empleado de la compañía eléctrica
lo dejaba sin luz,
con una sonrisa los vecinos
murmuraban acerca de su vida,
de todas las cosas que debería hacer.

Miraban su jardín,
potencial amazonas,
miraban su cara de resaca y con barba
y se marchaban orgullosos de no tener la vida que le toca.

Es curioso.
Algunas veces
él piensa lo mismo.

Algunas veces
cree que tienen razón.

Pero se emborracha y se le pasa.

(Ricky Adams)


II

Los vecinos
han vuelto a recordarle
que baje el volumen
de la radio
que no pueden dormir,
que ellos trabajan,
que no soportan
el ruido de su máquina cuando escribe.

No puede pedirles que se callen.
No puede pedirles que no trabajen.
Les pide entonces
que se larguen
de una vez por todas
a la mierda,
con gran escándalo de la señora
que lo deja reptar
en esa casa.

Esa casa que padece tantos vecinos.
La máquina sigue sonando como una certera
metralleta
y es una hermosa máquina de odio.

(John Casey)


***

Valderrama

Mi hermano cumplió

treinta años.

Bebimos un par de cervezas

y,

para no hacernos muchas preguntas,

miramos nuestros retazos

favoritos

de Pulp Fiction

en Youtube.

A diferencia de

cumpleaños

anteriores,

lo confuso

ya no está

en las películas que miramos.

Sino en las pausas

en las que él busca un cigarro

y yo callo

tratando se simular

mi asombro.

Porque cada año es más difícil comprender

lo que se nos va de las manos.

Cuando ando en la calle

por ejemplo,

me fijo en hombres con la fisonomía

de mi hermano.

Miro sus gestos,

cómo visten,

cómo cruzan la calle,

cómo encienden sus cigarros.

Miro personas

que podrían ser yo

dentro de algunos años.

Trato de averiguar

algo

que se me escapa de las palabras,

mientras avanzo

irremediablemente

hacia los créditos

finales.


(Jill Freedman)

***

felipe granados

BEATIFUL BOY

Yo no podría saber
Que la poesía
era algo
del tamaño de tus ojos.
Que se puede encontrar
el absoluto
en dos manos
pequeño.
Que tu risa de
niño que no entiende
explica muchas cosas.
Yo no sabía tu nombre
y sin embargo
cantaba a la alegría
que sería abrazarte
vigilar tus sueños
y otras cosas tan grandes
que ni siquiera precisan
de un poema.
Yo no sabía
que este no morirme
era para vivirte
para vivirnos.



(John Casey)

Sigue a Valderrama:
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*revista blog valderrama no tiene fines de lucro. es una muestra de lo que admiramos en el vagabundeo cotidiano de internet. si algún autor prefiere no aparecer en nuestra edición, basta con escribir un mail. de la misma manera, si quieres mostrar tu trabajo en valderrama, deja tu link.



Aparecen en este número:

Felipe Granados.
John Casey.
http://www.bunnywax.com
Ricky Adams. http://www.rickyadamphoto.com/
Laure Nutter. http://laurenutter.carbonmade.com
Los Catatónicos. http://loscatatonicosmuerenenposicionfetal.blogspot.com
Jill Freedman. http://www.higherpictures.com/

Y, claro, VALDERRAMA.